A perfect balance of exhilarating flexiblity and the effortless simplicity of the Code Supply Co. WordPress themes.

Noticias Reales
Search Menu
Search

“El crimen de reírse”

Si la libertad de expresión les molesta, imagina lo que haría una carcajada.

Mexico .-La nueva joya legislativa viene cortesía de un diputado de Morena que, con toda la solemnidad del caso, propone hasta seis años de prisión para quien se atreva a hacer un meme o un sticker sin consentimiento, así como se lee: cárcel por editar una foto, cárcel por burlarse, cárcel por reírse. México, el país donde nos mofamos de la muerte, ahora el humor puede ser delito, pero la corrupción sigue siendo mera travesura administrativa.

El argumento, según el legislador, es “proteger la imagen y la dignidad de las personas”, noble causa, claro, aunque curiosamente no tuvo el mismo ímpetu para proponer sanciones contra funcionarios que mienten o manipulan información pública. En el país donde un gobernador puede desaparecer recursos y luego posar sonriente en campañas, el verdadero peligro son los memes.

La propuesta no sólo roza el absurdo, sino que revela una profunda incomodidad del poder ante la crítica ciudadana. En redes sociales, el meme se volvió el último refugio del humor político, una forma de resistencia frente a la narrativa oficial. Es el espacio donde la gente desarma discursos, desnuda hipocresías y, sobre todo, ríe. Eso es lo que molesta: la risa como acto de desobediencia.

¿Y la libertad de expresión? Bien, gracias. Esa parece haberse perdido entre tanto intento de controlar lo que la gente dice o publica, quieren un país donde todos aplaudan, nadie cuestione y mucho menos se ría del poder. El problema es que cuando la libertad se reduce a lo que no incomoda, ya no es libertad, es sumisión.

Pretender regular la risa es tan inútil como intentar prohibir el sarcasmo. El poder no soporta el espejo que los ciudadanos le ponen en forma de caricatura digital, porque en él se refleja su ridiculez. No es casual que la iniciativa surja justo en tiempos donde la crítica incomoda más que nunca, cuando la narrativa oficial exige obediencia y silencio.

Quizás el diputado no entienda que los memes no destruyen reputaciones, sólo las exhiben. Si un político teme volverse chiste, tal vez el problema no sea el meme, sino su conducta.

Total
0
Shares
Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *