Tijuana, B.C. – “No fue un accidente, fue una decisión.” Con esas palabras, familiares y amigos de Silvia Aurora, una niña de cinco años, y de su abuela, Silvia Yáñez, alzaron la voz este domingo en el Monumento a México, conocido como Las Tijeras, en la Zona Río, para exigir justicia a unos días de que se realice la audiencia del caso.
Ambas perdieron la vida tras ser atropelladas por una mujer que, según las investigaciones, conducía en estado de ebriedad. La audiencia judicial está programada para el 7 de octubre, pero los familiares temen que la responsable obtenga un amparo que le permita continuar su proceso en libertad.
“Mi hija y mi madre no murieron por un accidente, fue una decisión. Esa persona eligió manejar alcoholizada y destruyó nuestras vidas. No queremos que quede libre para hacerlo otra vez”, declaró con voz firme Alejandra López, madre de la menor y nuera de Silvia Yáñez.
Durante la manifestación, decenas de personas portaron carteles con frases como “Justicia para las Silvias” y “Manejar ebrio también mata”. Entre flores, veladoras y fotografías de las víctimas, los asistentes pidieron que el caso no quede en el olvido y que se endurezcan las penas para quienes conducen bajo los efectos del alcohol.
Al plantón se unieron también familias de otras víctimas, como la de Dolores Hernández, quien falleció en 2024 atropellada por un conductor ebrio, y la de Ricardo, un fotógrafo que perdió la vida hace unos meses en circunstancias similares. Juntos, formaron un frente ciudadano que exige castigos ejemplares y campañas permanentes de prevención.
“Queremos que las autoridades nos escuchen. No queremos más familias destrozadas por irresponsabilidad y alcohol al volante”, reiteró Alejandra entre lágrimas, rodeada de aplausos y abrazos solidarios.
El caso de Silvia Aurora y su abuela se ha convertido en un símbolo de lucha contra la impunidad y un llamado urgente a frenar una tragedia que, en Tijuana, sigue repitiéndose con demasiada frecuencia.