El diputado federal César Damián Retes encendió las alarmas con una advertencia que no debería pasar desapercibida: el gobierno federal y su mayoría en Morena están empujando una reforma judicial que amenaza con debilitar el juicio de amparo, esa figura jurídica que por casi dos siglos ha sido el escudo más poderoso del ciudadano frente al abuso del poder.
El amparo es la herramienta que permite frenar arbitrariedades. Si el gobierno congela tu cuenta bancaria, te cancela un permiso o te despoja de tu propiedad, puedes acudir ante un juez para que suspenda la medida mientras se resuelve el fondo del asunto. Es una garantía inmediata de defensa. Sin embargo, la reforma que impulsa Morena pretende cerrar esa puerta, eliminando la posibilidad de suspender actos de autoridad hasta que el juicio concluya. En otras palabras, cuando la justicia llegue, ya no habrá nada que defender.
Damian Retes lo dijo con crudeza: “esta iniciativa quita poder al ciudadano y se lo entrega al gobierno“. Si la autoridad te acusa, congela tu dinero o te revoca una concesión, tendrías que esperar años a que termine el proceso judicial. Durante ese tiempo no podrías trabajar, usar tus propios recursos ni recuperar lo que es tuyo y si el gobierno te debe dinero, olvídalo: la ley te obligará a esperar mientras el Estado, otra vez, gana por cansancio.
El discurso oficial lo disfraza de “modernización del sistema judicial”, pero detrás del eufemismo se esconde un golpe directo al principio de equilibrio entre gobernantes y gobernados. Morena dice buscar “orden”, cuando en realidad busca obediencia sin resistencia, el amparo nació para defendernos de los excesos del poder; ahora el poder quiere desarmarlo porque le resulta incómodo.
Si esta reforma se aprueba, cada ciudadano quedará más vulnerable, sin contrapesos, sin defensa y sin derecho a decirle “alto” al gobierno, México inventó el amparo para proteger la libertad, no para archivarla. Retes tendrá sus filias partidistas, pero en este punto tiene razón: quien debilita el amparo no reforma la justicia, la sepulta.