CDMX.- Morena decidió que 2026 será el año de exprimir al ciudadano hasta el último peso, todo con el pretexto de “no afectar a los más pobres”. En San Lázaro aprobaron ya dos de los cuatro dictámenes del nuevo paquete fiscal y lo que viene no es ajuste: es un sablazo.
Ya no se trata solo de los refrescos, cigarros y videojuegos violentos, ahora suben los sueros orales, los trámites migratorios, los servicios financieros, los permisos turísticos, los viajes en crucero, las operaciones aéreas y hasta las entradas a museos y zonas arqueológicas. Porque, claro, nada más “de ricos” que visitar el Museo de Antropología.
Las cifras son un escándalo: el permiso de residencia temporal para extranjeros subirá 109%, pasando de 5,100 a 11 mil pesos. El formato para salida de menores al extranjero, que era gratuito, ahora costará 294 pesos y la entrada al Museo Nacional de Antropología pasará de 100 a 209 pesos. Hasta la cultura tendrá IVA emocional.
Las bebidas saborizadas también pagarán su cuota al “bienestar”: tres pesos más por litro. Una Coca que hoy cuesta 28 pesos llegará a 31 y todavía falta el visto bueno del Senado, que seguramente también lo va a validar.
El PRI calificó la reforma al Código Fiscal como “terrorismo tributario”, porque el SAT podrá bloquear sellos digitales ante cualquier error humano o retraso en declaraciones. En otras palabras: el contribuyente pagará caro por equivocarse, mientras el gobierno justifica su voracidad como “justicia social”.
A este ritmo, pronto cobrará impuestos hasta por respirar en espacio público. Morena no recauda, exprime y luego promete que el dinero servirá “para el pueblo”. Aunque, como siempre, el pueblo sea el que termina pagando la cuenta.

