CDMX.— Después de meses entre polémicas, viajes de lujo y un nuevo hogar en Tepoztlán, el senador morenista Gerardo Fernández Noroña anunció que solicitará licencia a su cargo en la Cámara Alta. La noticia llega justo cuando el legislador enfrenta cuestionamientos por su estilo de vida, sus enfrentamientos políticos y una propiedad cuyo origen económico sigue en duda.
“No tiene que ver con presiones ni con nada. Tengo que hacer una tarea y requiero pedir licencia”, afirmó Noroña durante una transmisión en vivo en sus redes sociales. Sin embargo, no ofreció detalles sobre cuál sería esa “tarea”, limitándose a decir que este jueves formalizará su solicitud y que mañana martes dará más información a la prensa.
El anuncio se da tras una serie de controversias que han desgastado su imagen pública, desde su paso por la presidencia del Senado, Fernández Noroña ha protagonizado enfrentamientos constantes con legisladores de oposición, particularmente con Lilly Téllez y Alejandro Moreno Cárdenas, a quienes ha dirigido insultos y descalificaciones desde tribuna y redes sociales.
Pero la polémica más reciente no tiene que ver con su verbo incendiario, sino con su vida fuera del recinto legislativo, el morenista fue duramente criticado por viajar en clase premier durante sus visitas oficiales a Italia y Francia, representando al Senado, pese a defenderse diciendo que “no había derroche alguno”, el contraste entre su discurso de austeridad y sus viajes europeos no pasó desapercibido.
A esto se suma la compra de una residencia valuada en 12 millones de pesos en Tepoztlán, Morelos, que Fernández Noroña incluyó apenas este año en su declaración patrimonial. El problema es que el inmueble se encuentra en una zona de propiedad ejidal, donde las transacciones legales están limitadas y no pueden adquirirse mediante créditos bancarios, como él aseguró haberlo hecho, hasta ahora, no ha podido explicar de manera clara cómo concretó la compra.
El senador insiste en que su licencia no responde a presiones políticas, pero el momento de su retiro temporal despierta sospechas, en medio de las críticas por su incongruencia entre discurso y estilo de vida, su salida parece más una pausa estratégica que un acto de responsabilidad.
