CIUDAD DE MÉXICO, 20 de octubre de 2025.— El senador Gerardo Fernández Noroña, conocido por su elocuencia, su ego del tamaño del Senado y su habilidad para convertir cualquier escándalo en acto de fe política, volvió a dar la nota. Esta vez, anunció que pedirá licencia para viajar a Palestina y Emiratos Árabes Unidos, en lo que él mismo describe como una “tarea muy importante”.
Según el propio legislador, Emiratos Árabes pagará el boleto de avión, en agradecimiento a su “solidaridad con Palestina”. La gira diplomática —que, en palabras del senador, incluirá reuniones con autoridades palestinas y recorridos en asentamientos— durará del 24 de octubre al 2 de noviembre. Una semana larga, ideal para reflexionar sobre la paz mundial… o para alejarse del ruido mediático que lo ha perseguido desde la compra de su residencia de 12 millones de pesos en Tepoztlán y su polémico vuelo en avión privado.
“Podría no pedir licencia y simplemente no asistir, pero es lo correcto”, dijo el morenista, con la solemnidad de quien acaba de descubrir el valor de la ética pública y añadió que no hay motivos ocultos: “No tiene nada que ver con presiones ni con denuncias.” Lo cierto es que la Fiscalía General de la República investiga una denuncia por enriquecimiento ilícito presentada por el abogado Roberto Gil Suárez, luego de que Noroña utilizara una aeronave con matrícula estadounidense para un viaje político.
Durante su conferencia, el senador aprovechó para mostrarse “austero”: aseguró que solo tiene 22 mil pesos con 94 centavos en su cuenta de Bancomer y que vive con sencillez. Eso sí, viaja a Medio Oriente con boleto cortesía de un gobierno extranjero. “Soy tan austero que ni grasa le doy a los zapatos”, bromeó, mientras presumía su “solidaridad con el pueblo palestino” y despotricaba contra la oposición, a la que llamó “paniaguados sin vergüenza”.
A preguntas sobre si teme represalias de Estados Unidos por su visita a Palestina, respondió entre risas: “Lo peor que me puede pasar es que me quiten la visa.” Dicho y hecho: con la nueva política de Washington de revocar visas a políticos sospechosos, quizás no tenga que esperar mucho.
El viaje —según él— busca “poner luz sobre el genocidio en Gaza”. Pero para muchos, parece más un intento por apagar el fuego de sus propios escándalos.

