Baja California.- Los alcaldes y alcaldesas de Baja California publicaron un comunicado conjunto para condenar la agresión sufrida por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, reiterando su respaldo y solidaridad hacia la mandataria. El pronunciamiento, cargado de mensajes sobre igualdad, respeto y erradicación de la violencia de género, busca —en apariencia— proyectar unidad institucional.
Pero más allá de la forma, el fondo revela una verdad incómoda: vivimos en un país donde ni la presidenta de la República, rodeada de seguridad y poder, está a salvo de la violencia.
El texto firmado por los siete alcaldes del estado menciona con razón que “la misoginia y la violencia de género no tienen cabida en México”. Sin embargo, el hecho de que una agresión así ocurra a plena luz del día, ante la mirada de escoltas y medios, exhibe el fracaso de un gobierno que insiste en vender una imagen de seguridad y control que no existe.
¿Qué pueden esperar las mujeres comunes —madres, hijas, trabajadoras— que no tienen escoltas, ni cámaras, ni protocolos presidenciales?
Si la máxima autoridad del país, resguardada por un cuerpo de élite, puede ser agredida en público, ¿qué protección real tiene una mujer en cualquier esquina del país, en un transporte público o en su propia casa?
El comunicado intenta suavizar el golpe político apelando a la empatía, la justicia y la equidad, pero deja al descubierto un hecho innegable: la violencia contra las mujeres no distingue rangos, cargos ni escoltas.
Mientras los gobiernos repiten que “México es un país seguro” y que “los programas sociales están dando resultados”, la realidad vuelve a imponerse con brutalidad. No hay cifra ni discurso que tape el miedo con el que muchas mujeres siguen viviendo día a día.
Porque si el Estado no puede garantizar la seguridad de quien encabeza al Estado mexicano,
¿cómo puede asegurar la de los millones de mujeres que dependen de él?
¿Quieres que te prepare una versión corta y directa para redes sociales (tipo X o Facebook), con un tono más punzante y viral? Algo como:
“Si ni la presidenta está a salvo de la violencia en México, ¿qué nos queda al resto? El país no necesita comunicados, necesita protección real.”

