San Luis Rio Colorado, Sonora.- La crisis de credibilidad que arrastran muchos ayuntamientos de la frontera norte alcanzó este jueves un nuevo y vergonzoso capítulo: el alcalde de San Luis Río Colorado, César Iván Sandoval Gámez, fue esposado, retenido y despojado de su visa por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos cuando intentaba cruzar por el carril SENTRI rumbo a Yuma.
No estamos hablando de un funcionario menor, ni de un malentendido burocrático. Estamos hablando de un presidente municipal en funciones que fue tratado como cualquier persona sospechosa por la autoridad estadounidense, detenido por horas y retenido en lo que debería ser una simple revisión fronteriza.
Sí: solo a él le colocaron esposas mientras que su acompañante —el director de Oomapas— permaneció sin restricciones dentro de la Tahoe gris donde viajaban. Una imagen devastadora para cualquier administración que presume “transparencia” y para un país que insiste en que “todo está bien”.
Un evento de trabajo convertido en humillación diplomática
El alcalde se dirigía a Yuma para participar en un evento binacional donde firmaría un convenio de colaboración sobre calidad ambiental. Ironías del destino: no pudo cruzar porque la CBP le retiró la visa a él… y a su familia.
Así de grave.
La Tahoe oficial quedó estacionada por horas en los patios de la aduana, a plena vista.
El mensaje no podría ser más claro: para Estados Unidos, algunos funcionarios mexicanos ya no son confiables para pisar su territorio, mucho menos para ser recibidos en eventos binacionales.
Silencio en México, contundencia en Estados Unidos
Mientras en México reina el silencio —la versión oficial simplemente “no ha llegado”—, las autoridades estadounidenses fueron directas:
La visa fue revocada, punto.
El caso del alcalde se suma a la creciente lista de funcionarios mexicanos señalados, investigados o directamente castigados por el gobierno estadounidense en el marco de su nueva política de tolerancia cero ante corrupción, nexos criminales o conductas sospechosas.
¿Y la narrativa oficial? Pura fantasía
Mientras tanto, desde el discurso gubernamental mexicano seguimos escuchando que:
- “La corrupción ya se acabó.”
- “La frontera vive una era de cooperación histórica.”
- “Las instituciones se fortalecieron.”
Pero la realidad golpea como martillo:
un alcalde fronterizo esposado en la garita es la fotografía más brutal de cómo nos ve Estados Unidos y de cómo se gobierna realmente en muchos municipios mexicanos.
Un país donde la impunidad manda… hasta que llegas a la frontera
En México, muchos funcionarios se sienten intocables.
En Estados Unidos, la CBP no pregunta de qué partido vienes: si algo huele mal, te paran, te revisan y te quitan la visa sin explicaciones.
Y lo ocurrido con el alcalde Sandoval Gámez deja claro que del otro lado no compran narrativas rosas ni discursos triunfalistas.
Entre alcaldes esposados en la frontera, presidentes municipales asesinados por el crimen y gobernantes que presumen cifras “históricas”, el país vive una contradicción gigantesca entre lo que el gobierno dice y lo que la realidad muestra.
Hoy, la imagen que cruzó la frontera no fue la de un convenio binacional, sino la de un alcalde con las muñecas aseguradas por la autoridad estadounidense.
Una postal triste y dolorosa… pero absolutamente reveladora del estado real de nuestros gobiernos.
