En tiempos en que el ritmo de vida parece exigirnos más de lo que el cuerpo y la mente pueden ofrecer, dedicar un momento al descanso se convierte en una necesidad vital. Los masajes relajantes, lejos de ser un lujo, representan una inversión en salud integral. Diversos estudios del National Center for Complementary and Integrative Health (NCCIH)han demostrado que recibir masajes de forma regular puede reducir los niveles de cortisol —la hormona del estrés— y aumentar la serotonina y dopamina, responsables de la sensación de bienestar y equilibrio emocional.
En este contexto, espacios especializados como Casa Playa Spa, dentro del Rosarito Beach Hotel, ofrecen experiencias diseñadas para revitalizar cuerpo y mente. Su promoción exclusiva invita a “consentirse” con tres opciones de bienestar: facial refrescante (30 minutos), masaje sueco (30 minutos) y exfoliación corporal (30 minutos). Además, el acceso incluye el uso de jacuzzi, sauna y vapor (con áreas separadas para hombres y mujeres), así como una sala de relajación con servicio de té, ideales para prolongar la sensación de calma y renovación.
El masaje sueco, técnica principal de esta oferta, es reconocido por su capacidad de mejorar la circulación sanguínea, disminuir la tensión muscular y promover un sueño más profundo. Según la American Massage Therapy Association (AMTA), esta práctica favorece la eliminación de toxinas y potencia la respuesta inmunológica, contribuyendo a un equilibrio físico y emocional más estable.
Cada sesión en Casa Playa Spa está concebida como una experiencia integral: un ambiente cuidado, manos expertas y un entorno de serenidad que permite reconectar con uno mismo. El spa permanece abierto todos los días de 9:00 a.m. a 5:00 p.m., haz tu cita al (661) 614 4410 y la promoción es válida hasta el 30 de diciembre de 2025.
En definitiva, regalarse un momento de pausa no es un capricho, sino una forma consciente de preservar la salud y el ánimo. Tal como afirma la campaña del spa, “tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán”. Porque el bienestar no se improvisa: se cultiva con constancia, gratitud y cuidado personal.