En un gesto profundamente simbólico y alentador, Tijuana se convirtió en sede de la exposición “Transformación: Esculturas por la Paz y la Esperanza”, una muestra artística que invita a reflexionar sobre la capacidad humana de cambiar la violencia en armonía. La explanada del Monumento a la Madre, frente al Palacio Municipal, alberga desde el 25 de septiembre esta colección integrada por ocho piezas monumentales creadas a partir de 11 toneladas de armas decomisadas en operativos de seguridad.
La iniciativa forma parte de la campaña nacional “Sí al Desarme, Sí a la Paz” y fue posible gracias al talento del artista Álvaro Cuevas, quien dio nueva vida a fragmentos de metal bélico para convertirlos en esculturas que evocan fortaleza, esperanza y reconciliación. Entre las piezas destacan figuras humanas y animales, como un imponente ciervo, que transmiten la idea de que la paz también tiene un rostro cercano y tangible.
El alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño, destacó durante la inauguración que la exposición busca fortalecer la cultura de paz en la ciudad, ofreciendo a la comunidad un espacio de encuentro con el arte y la reflexión colectiva. “Estas obras nos recuerdan que siempre es posible transformar lo negativo en positivo y que cada esfuerzo cuenta para construir un futuro más seguro”, expresó.
Además de su impacto visual, las esculturas representan un mensaje de unidad nacional. Lo que alguna vez fueron instrumentos de violencia hoy se erigen como símbolos de resiliencia, demostrando que el arte tiene la capacidad de sanar heridas sociales y proyectar un horizonte más luminoso. La exposición, que permanecerá abierta al público durante varias semanas, tiene previsto recorrer otras ciudades del país, llevando este mensaje de paz más allá de las fronteras tijuanenses.
La comunidad artística local y los visitantes han recibido con entusiasmo la propuesta, reconociendo en ella una oportunidad de diálogo y esperanza. En palabras de un espectador, “estas esculturas nos invitan a creer que la paz no es una utopía, sino una construcción diaria que empieza con pequeños actos”.
Con esta iniciativa, Tijuana reafirma su vocación como ciudad de encuentro, creatividad y transformación, demostrando que el arte puede ser un puente hacia la concordia y un recordatorio permanente de que la paz, aunque frágil, es siempre posible.