CDMX. — El gobierno de Estados Unidos anunció la revocación de 13 rutas aéreas operadas por aerolíneas mexicanas hacia su territorio, incluyendo vuelos de pasajeros y de carga procedentes del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). La medida, informada por el Departamento de Transporte de EE.UU. (DOT), se da en medio de acusaciones de que México ha restringido vuelos de aerolíneas estadounidenses y favorecido a sus compañías nacionales, lo que —según Washington— viola el tratado bilateral de transporte aéreo.
El secretario de Transporte estadounidense, Sean Duffy, explicó que la decisión busca “restablecer condiciones de competencia equitativas” entre ambos países. Hasta que México no modifique sus políticas, no se autorizarán nuevas rutas ni expansiones de servicios aéreos para las aerolíneas mexicanas, tanto de pasajeros como de carga.
“México ha tomado decisiones regulatorias que alteran el equilibrio pactado en el acuerdo aéreo bilateral. Hasta que esas condiciones no sean corregidas, las rutas adicionales quedarán suspendidas”, indicó Duffy en un comunicado oficial.
Las aerolíneas afectadas incluyen a Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus, que deberán suspender temporalmente los vuelos hacia Estados Unidos desde varios aeropuertos, entre ellos el AIFA, Monterrey, Cancún y Guadalajara. También se limitará el transporte de “belly cargo”, es decir, la carga que viaja en vuelos comerciales de pasajeros.
La medida ocurre en un contexto de creciente tensión comercial entre ambas naciones, luego de que autoridades estadounidenses denunciaron que México impuso restricciones operativas a compañías de su país, incluyendo la reducción de frecuencias de vuelo y demoras en la aprobación de rutas.
Además, el anuncio coincide con un momento estratégico: la próxima revisión del Tratado Comercial México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) y los preparativos para el Mundial de 2026, que será organizado conjuntamente por los tres países, lo que podría complicar la coordinación logística aérea y turística.
Expertos del sector advirtieron que la decisión podría afectar la conectividad internacional, el transporte de mercancías y la competitividad de las aerolíneas mexicanas. Por su parte, el gobierno mexicano no ha emitido aún una respuesta oficial.
La suspensión marca uno de los episodios más tensos en la relación aérea bilateral desde que México recuperó la Categoría 1 de seguridad aérea en 2023 y abre un nuevo frente diplomático que podría repercutir en la economía, el turismo y la movilidad binacional.
