TIJUANA BC.-Hace treinta y cinco años, en las fronteras del norte de México, surgió una iniciativa que marcaría un antes y un después en la atención a las personas en tránsito: los Grupos Beta de Protección a Migrantes. Nacidos en Tijuana, Baja California, estos equipos de hombres y mujeres con uniformes color naranja transformaron la asistencia humanitaria en una misión de vida: salvar a quienes arriesgan todo por un futuro mejor.
Desde aquel primer grupo, la idea se multiplicó y hoy existen 22 brigadas distribuidas en estados clave como Baja California, Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Chiapas y Oaxaca. Su trabajo abarca desde la orientación y asistencia médica, hasta rescates en condiciones extremas en el desierto, montañas o ríos fronterizos.
Solo en lo que va de 2025, los Grupos Beta han ofrecido más de 68 mil asistencias humanitarias, según datos del Instituto Nacional de Migración (INM). De estas, más de 61 mil corresponden a apoyo social —alimentos, hidratación, orientación y atención psicológica—, además de rescates y primeros auxilios que han permitido salvar vidas en circunstancias de riesgo.
Durante la ceremonia por el 35 aniversario, realizada en la Garita El Chaparral de Tijuana, autoridades federales, estatales y municipales, junto con representantes del gobierno de Estados Unidos, reconocieron la entrega de los agentes que día a día cruzan caminos difíciles para brindar ayuda sin distinción.
El director general de Coordinación de Oficinas de Representación del INM, Gilberto Higuera Bernal, recordó los orígenes del programa y su vocación humanitaria: “Aquí en Tijuana nació el Grupo Beta, y desde entonces su espíritu de servicio ha inspirado a todo el país”.
Durante el evento, se entregaron reconocimientos a integrantes destacados y se premiaron fotografías tomadas en misiones de rescate, testimonio de un trabajo que combina valor, sensibilidad y compromiso.
A lo largo de tres décadas y media, los Grupos Beta se han consolidado como un símbolo de solidaridad y humanidad, reflejando la mejor cara de México: aquella que tiende la mano y protege la vida, sin fronteras ni condiciones.