En un acto que busca fortalecer la confianza ciudadana en las instituciones y consolidar la transparencia como principio rector de la vida pública, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció que presentará una propuesta para eliminar el fuero constitucional de senadores y diputados federales. La iniciativa, prevista dentro de la próxima reforma electoral, responde a la convicción de que todos los servidores públicos deben estar sujetos a las mismas reglas de responsabilidad que rigen a la ciudadanía.
Durante su conferencia matutina de ayer miercoles, la mandataria subrayó que esta medida se enmarca en una visión moderna del ejercicio democrático, al igual que la figura presidencial, que desde hace años no goza de fuero, los legisladores también deberán rendir cuentas en igualdad de condiciones, “El fuero es del pasado”, expresó con claridad, recordando que la fortaleza de una república radica en la congruencia entre la ley y la conducta de quienes la representan.
La propuesta busca ser presentada formalmente en febrero del próximo año ante la comisión correspondiente, en donde será discutida como parte integral de la reforma electoral. Con ello se abre un debate enriquecedor que coloca en el centro la confianza pública y la credibilidad de las instituciones legislativas. Se trata de un paso firme hacia la consolidación de un marco legal que privilegie la rendición de cuentas y refuerce la legitimidad del Congreso.
Más allá de la coyuntura política, la eliminación del fuero se perfila como un símbolo de igualdad jurídica. La ciudadanía podrá observar en este gesto una señal de compromiso con la ética pública y la transparencia, valores que cada vez adquieren mayor relevancia en el México contemporáneo. Al proponer que senadores y diputados asuman sus responsabilidades en condiciones de equidad, se busca también promover una cultura política más cercana a la gente, basada en la honestidad y en la claridad de los actos de gobierno.
Esta iniciativa se suma a los esfuerzos que distintas administraciones han impulsado para modernizar las prácticas legislativas y fortalecer la confianza social. Representa, además, una oportunidad para el diálogo entre fuerzas políticas, ya que al eliminar privilegios históricos se envía un mensaje de unidad y congruencia frente a los desafíos del presente.
En suma, la propuesta de la presidenta Sheinbaum no solo constituye un cambio jurídico, sino también un llamado a la renovación de valores democráticos. Es una invitación a reafirmar que la política debe ser ejemplo de responsabilidad, transparencia y servicio a la nación.
