Ciudad de México.— La edición más reciente de la “Mañanera del Pueblo” volvió a dibujar un México que poco se parece al que millones de ciudadanos enfrentan día a día. Entre ferias del frijol, récords turísticos y promesas de cooperación internacional, el Gobierno federal insiste en proyectar un país estable, próspero y seguro. Sin embargo, los datos oficiales, los indicadores estatales y los hechos recientes revelan una realidad muy distinta.
La presidenta Claudia Sheinbaum destacó presuntas inversiones históricas en pavimentación y proyectos productivos, pero informes locales contradicen el triunfalismo. En estados como Baja California, Sonora, Michoacán y Guerrero, la infraestructura básica presenta rezagos severos: calles deterioradas, drenajes colapsados y escuelas sin mantenimiento persisten aun con los “anuncios millonarios” del Gobierno federal.
La “repavimentación histórica” en el Estado de México se difunde como muestra de un avance generalizado, cuando en muchas zonas del país los servicios básicos continúan deteriorándose.
La administración federal presumió un repunte turístico de más de 70 millones de visitantes, pero especialistas advierten que el aumento corresponde principalmente a tránsito fronterizo y vuelos internacionales de bajo costo, mientras destinos nacionales siguen viendo cierres de hoteles, crisis de seguridad y caídas en estancias prolongadas.
En ciudades como Tijuana, Acapulco, Mazatlán y Cancún, los delitos de alto impacto siguen afectando directamente la actividad turística.
La presidenta aseguró que no existe autoritarismo y que incluso Grupo Salinas deberá pagar créditos fiscales millonarios. Sin embargo, los casos de impunidad dentro del propio Gobierno —como funcionarios investigados por corrupción, mandatarios con visas revocadas en EE.UU. y alcaldes asesinados tras denunciar abandono federal— muestran una justicia que parece ser estricta solo cuando conviene políticamente.
La mandataria pidió que la marcha del 15N ocurra “en paz” y aseguró respeto total a la libre manifestación. No obstante, en los últimos meses organizaciones civiles han denunciado discursos desde Palacio que descalifican protestas ciudadanas, especialmente cuando cuestionan fallas en seguridad y violencia criminal.
México y Estados Unidos “cooperan sin subordinación”
El Gobierno federal reiteró su postura soberana ante Estados Unidos, pese a que en las últimas semanas varios alcaldes y funcionarios han visto revocadas sus visas o han sido retenidos en garitas fronterizas, como ocurrió con el presidente municipal de San Luis Río Colorado, César Iván Sandoval.
Estos hechos evidencian tensiones bilaterales y una creciente desconfianza del gobierno estadounidense hacia figuras del oficialismo.
La presidenta afirmó que la violencia disminuyó, pero estudios independientes y hemerotecas muestran un país donde alcaldes son asesinados en actos públicos, policías municipales son rebasados y organizaciones criminales mantienen el control territorial en amplias zonas del país.
La narrativa de que “todo está bajo control” contrasta drásticamente con la realidad de miles de ciudadanos que viven con miedo cotidiano, con negocios extorsionados y con cuerpos policiacos debilitados.
El país que se dibuja en la mañanera es un México de estabilidad, obra pública, cooperación internacional y crecimiento económico.
El país que vive la gente —y que documentan los mismos gobiernos estatales y municipales— es uno donde la violencia, la impunidad, el abandono institucional y la tensión con Estados Unidos siguen marcando la agenda.
Entre ambos Méxicos hay una brecha que no se cierra con discursos optimistas ni con boletines: se cierra con resultados.
