Tijuana, B.C.. — Con profunda emoción y respeto, cientos de fieles, sacerdotes y autoridades eclesiásticas se reunieron este jueves en la Catedral Metropolitana de Nuestra Señora de Guadalupe, para despedir al arzobispo Francisco Moreno Barrón, quien fue sepultado en la Capilla de Cristo Resucitado, ubicada dentro del recinto religioso.
El féretro del prelado fue recibido entre oraciones, cánticos y aplausos, en una ceremonia solemne presidida por el obispo auxiliar Monseñor Mario Nicolás Villanueva Arellano, quien destacó el legado pastoral del arzobispo y su incansable entrega al servicio de Dios y de la comunidad.
“Monseñor Francisco fue un pastor de esperanza, un hombre que caminó con su pueblo en los momentos más difíciles, con humildad, amor y firmeza en la fe”, expresó Villanueva durante la homilía.
Moreno Barrón, quien falleció el pasado domingo tras una larga lucha contra el cáncer, fue recordado por su cercanía con las comunidades más necesitadas, su compromiso con la atención espiritual durante la pandemia de COVID-19 y su impulso a diversos programas de ayuda social y pastoral en beneficio de personas vulnerables.
Durante la ceremonia, los asistentes colocaron arreglos florales, fotografías y mensajes de despedida, mientras otros permanecieron en silencio o en oración frente al altar. Muchos expresaron su gratitud por el acompañamiento que el arzobispo brindó a lo largo de sus ocho años al frente de la Arquidiócesis de Tijuana.
“Nos deja un gran ejemplo de fe, de servicio y de amor por su comunidad. Era un hombre sencillo, que siempre tenía tiempo para escuchar a todos”, comentó Marta Ramírez, una feligresa que acudió desde la colonia Mariano Matamoros.
Con esta ceremonia, la Iglesia Católica en Tijuana despidió a uno de sus pastores más queridos, mientras la Arquidiócesis entra en un periodo de Sede Vacante, a la espera de que el Papa designe al nuevo arzobispo que continuará la misión pastoral que Moreno Barrón deja como herencia.

