TIJUANA BC .-La madrugada del domingo volvió a recordarnos lo que el discurso oficial intenta borrar: Tijuana sigue siendo una ciudad sitiada por la violencia, dos ataques armados dejaron dos muertos y un herido, mientras las autoridades locales, encabezadas por el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana Municipal, Mtro. José Alejandro Avilés Amezcua, insisten en que “la situación está bajo control”.
El primer hecho ocurrió en una imprenta de la colonia Jardín, donde dos hombres fueron atacados mientras bebían. Francisco, de 33 años, murió en el lugar; contaba con una orden de aprehensión por homicidio, su acompañante, David, también de 33, sobrevivió con una herida en el brazo. De acuerdo con los reportes, un sujeto disparó desde una ventana y escapó sin dejar rastro. La policía localizó un revólver en la zona, pero como en la mayoría de los casos no hubo detenidos.
Horas más tarde, en las canchas de la colonia México Lindo, Ángel David, un joven de apenas 17 años, fue ejecutado con tiros en la cabeza y el rostro, los agresores, dos hombres vestidos de negro, huyeron corriendo hacia la avenida principal y se esfumaron antes de que llegaran los agentes municipales. Otro operativo inútil, otro expediente abierto, otra familia destrozada.
Mientras Tijuana se desangra, el secretario José Alejandro Avilés Amezcua aparece en comunicados hablando de “estrategias de proximidad” y “acciones preventivas”, pero la realidad contradice cada palabra. Las calles se llenan de casquillos, no de patrullas. Los criminales actúan sin prisa porque saben que no serán alcanzados.
El gobierno municipal sigue repitiendo la misma fórmula: fotos, conferencias y promesas, mientras los tijuanenses siguen cayendo. Aquí, el domingo no fue de descanso, sino de duelo.
