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“Un mural que transforma el dolor en conciencia ciudadana”

“Manejar ebrio no es un accidente, es una decisión. La memoria de Silvia y Silvia Aurora nos recuerda que elegir la vida está en nuestras manos.”

En el corazón de la colonia Valle Verde, un muro se ha convertido en faro de memoria y esperanza., la obra creada por los artistas urbanos Serie y Chile Raja, honra la vida de Silvia Yáñez y su nieta Silvia Aurora, quienes partieron inesperadamente tras un accidente vial el pasado 12 de agosto. Hoy, ese espacio no solo recuerda a dos seres queridos, sino que también busca sembrar en la comunidad un mensaje profundo: la importancia de no mezclar el alcohol con el volante.

El mural, ubicado en la calle Entusiasmo, ha reunido a vecinos, familiares y amigos que encuentran en sus colores una forma de acompañarse mutuamente. La frase inscrita: “Manejar ebrio no es un accidente, es una decisión”, resuena como un recordatorio claro y directo de la responsabilidad que implica conducir bajo la influencia. No se trata de prohibiciones abstractas, sino de una invitación a la reflexión: cada elección al manejar puede proteger o poner en riesgo una vida.

La iniciativa de la familia, que planea promover más murales en distintos puntos de Tijuana, tiene un carácter profundamente constructivo, no se limita a señalar un error, sino que convierte la tragedia en un llamado colectivo a la prudencia y al cuidado mutuo, así el arte urbano se convierte en un puente entre el dolor y la prevención, en un recurso educativo que trasciende generaciones.

Lo conmovedor de esta historia es que la memoria de Silvia y de su nieta se transforma en motor de cambio, sus nombres ya no se asocian únicamente con una pérdida, sino con un movimiento ciudadano que recuerda que la seguridad vial es tarea compartida. Conducir con responsabilidad no es solo una obligación legal, sino un acto de amor hacia los demás: hacia nuestros hijos, padres, abuelos, amigos y vecinos.

En vísperas de nuevas manifestaciones pacíficas y de la audiencia judicial, la familia ha mostrado una admirable entereza, su voz no se alza con rencor, sino con la firme convicción de que es posible construir una ciudad más segura. Tijuana, como muchas otras comunidades, se enfrenta al reto de erradicar el consumo de alcohol al volante, este mural nos recuerda que la solución comienza con un gesto sencillo y poderoso: elegir la vida antes que el riesgo.

Que cada conductor que cruce por esa calle entienda el mensaje: no se trata de una prohibición impuesta, sino de un compromiso voluntario con la vida. Porque cada volante en manos responsables es un paso más hacia una ciudad donde la memoria se honra con acciones y la esperanza florece en colores sobre un muro.

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