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“Un tráiler al filo del canal: otra alerta en la Vía Rápida Alamar”

Esta mañana un tráiler quedó al borde de caer a la canalización en la Vía Rápida Alamar, a la altura de la colonia Murua. El conductor intentó esquivar a un auto que se le cerró y terminó impactado contra los muros de contención. No hubo lesionados, pero el incidente recuerda lo vulnerable que es esta vialidad donde conviven tráileres y autos en carriles saturados. En Tijuana no deberíamos depender de la suerte para evitar tragedias.

La mañana de este viernes la Vía Rápida Alamar volvió a ser escenario de un accidente que pudo terminar en tragedia. Un tráiler quedó inclinado peligrosamente al borde de la canalización a la altura de la colonia Murua, después de que el conductor intentara esquivar a un automóvil particular que le cerró el paso.

El incidente ocurrió poco antes de llegar al puente El Vergel, en dirección a la Zona Centro, justo en una de las zonas con mayor flujo vehicular durante las primeras horas del día. Según el relato del chofer, la maniobra brusca fue la única forma de evitar un choque directo. El costo fue perder el control y terminar contra los muros de contención, con la pesada unidad prácticamente colgando.

La buena noticia es que no hubo personas lesionadas, aunque el susto de automovilistas y peatones cercanos difícilmente se borrará. Tránsito Municipal acudió para ordenar la circulación y comenzar con el deslinde de responsabilidades, lo que de inmediato provocó otro embotellamiento más en la zona.

El hecho deja en evidencia una constante: la combinación de imprudencia al volante con un diseño vial saturado sigue generando episodios de riesgo. La Vía Rápida Alamar, concebida como una arteria estratégica, se ha convertido en un tablero donde cualquier error puede tener consecuencias mayores. El tráfico pesado que comparte espacio con autos particulares en tramos tan estrechos multiplica la posibilidad de incidentes.

Más allá del reporte de hoy, lo ocurrido debería ser un recordatorio urgente. No basta con esquivar accidentes, hay que trabajar en cómo prevenirlos. Señalamientos claros, vigilancia constante y educación vial no pueden seguir siendo tareas pendientes. La ciudad no puede acostumbrarse a vivir al filo del desastre.

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